De rodillas en un rincón, cara la pared y los brazos en cruz, las palmas hacia arriba a la espera, llevo así mas de diez minutos esperando, ya me empiezan a doler las rodillas. Por fin oigo como se acerca a mi y el corazón me da un vuelco.
Viene con una vela encendida y me mira, yo bajo inmediatamente mi mirada y cabeza, y espero.
Noto que no tiene prisa y se aceleran mis pulsaciones, oigo – quieta- y al instante dejo de respirar, inmóvil.
Acerca la vela a la palma de mi mano y empieza a verter sobre ella la cera, nunca imagine que fuese una zona tan sensible, noto el calor, me quema. Vierte una cantidad abundante sobre ella y coloca la vela recta y empieza a fundirse poco a poco.
Se vuelve a alejar para volver al momento con otra, mi cabeza sigue baja y mi respiración pausada y respetuosa, el corazón acelerado, el alma en éxtasis y muy húmeda.
Realiza la misma operación en mi mano izquierda, contengo un suspiro y vuelvo a notar el calor, la quemazón y el placer que empieza en la palma de mis manos y noto como recorre cada uno de mis nervios, ese dolor que me aferra a él y hace que no quiera otra cosa que su voluntad.
Tengo los brazos cansados, duele pero aguanto nunca le defraudare, y espero con la mirada baja, el no tiene prisa por lo tanto yo tampoco he aprendido a ser paciente.
Noto caer una gota por mi espalda, despacio, quemando, y le siguen mas no puedo verlo pero imagino que la línea de mi columna tiene una tira negra de cera que va bajando hasta mi culo.
Me ordena que me vuelva un poco, con cuidado las velas que se están fundiendo en mi mano no deben caer y se pone delante de mi.
La nueva orden es que saque la lengua y así lo hago, despacio con un escalofrío de placer y empieza a verter cera en mi lengua despacio controlando la caída que no caiga sobre cera sino en carne que note ese calor, es el calor de su pasión por mi y de mi pasión por usted.
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