Hoy al llegar a casa me he quedado pasmada al ver que todos los muebles del comedor habían desaparecido. Al principio pensé que me habían robado, pero me di cuenta que mi maravilloso suelo de madera había sido cubierto por vinilo, espero que no este pegado y las juntas bien selladas, tengo el presentimiento que no me va a gustar de que va esto.
En ese momento aparece él rompiendo el hilo de mis pensamientos, lleva un pantalón de chándal que a duras penas se mantiene en sus caderas, sin camiseta, me encanta verlo así, con esa sonrisa picara que le rejuvenece hasta la adolescencia. Verlo tan feliz hace que me de igual el suelo… lo volveremos a acuchillar…
El vinilo que ha puesto es negro, lleva en la mano un bote de pintura roja y en la otra un rodillo pequeño, le miro arqueando una ceja a modo de pregunta y obtengo por respuesta un guiño travieso y un suave beso en mis labios al pasar.
“Llegas pronto bicho” - Su voz hace que me recorra un escalofrío de placer. “No bastante por lo que veo” – le respondo con voz alegre y una sonrisa. – “ya sabes que siempre voy un paso por delante!” – responde con una simpática mueca de niño travieso. – “Ahora niña, ve a ducharte, sobre la cama he dejado un regalo para ti”.
Abro los ojos de par en par y salgo corriendo hacia el dormitorio oyendo su risa de fondo.
Sobre la cama hay una caja muy grande, me acerco a ella y veo un sobre, saco la tarjeta
“Bicho, te he dicho que te duches”
Suelto la tarjeta como si me quemase y obedezco al instante.
Me quito poco a poco la ropa que voy colocando con cuidado como a él le gusta en la banqueta. Primero la falda, seguida por la camisa. Ahora los zapatos, voy al baño y los limpio, dejándolos bien colocados en el suelo al pie de la banqueta.
Suelto las medias del liguero colocándolas bien dobladas sobre la camisa, le sigue el liguero y por ultimo el sujetador. Hoy es miércoles, por lo tanto todo es blanco.
Entro en la ducha, me encanta el agua muy caliente alternándola con agua fría, reaviva mis sentidos y aun más después de un día duro.
Pongo un poco de gel badedas en mis manos y empiezo a lavarme suavemente mis manos van del mi cuello lentamente hacia los pechos, los pezones están duros, acaricio mi vientre evito acariciar el clítoris, lo tengo prohibido, por ultimo mis piernas y pies. Dejo que el agua caiga sobre mi cara termino lavando mi pelo y dejo correr un poco más el agua, antes de salir y secarme.
Voy a la cama, deseando abrir la caja, es roja. Nada mas destaparla veo papel de seda rojo que aparto con cuidado para descubrir un hermoso corpiño en seda roja que termina justo en los aros bajo el pecho, dejándolos así a la vista, unas medias de seda con costura y unos zapatos con un tacón de 12 cm. todo en color rojo. Empiezo a vestirme lentamente cuando mi Señor entra en el dormitorio lleva el pecho manchado de pintura roja – “cuando termines de vestirte, te quedas sentadita muy quieta y con las piernas juntas hasta que yo termine, no puedes salir de aquí hasta que te lo diga” – me dice al tiempo que se dirige a la ducha.
Asiento con la cabeza y empiezo a ponerme las medias con sumo cuidado para que la costura quede bien recta. Miro los zapatos arrugando la nariz… espero no tener que estar mucho tiempo parada de pie, aunque estoy completamente segura de que así será.
Sale del baño completamente vestido en lino negro, el pelo aun húmedo y ese olor tan característico en él que me vuelve loca. –“bien mi niña, eres obediente, así que te has ganado un premio” – voy a protestar pero pone su dedo indice en mis labios y me entrega una caja roja de terciopelo, la abro con cuidado como su fuese a saltar algo de su interior, es de terciopelo negro y sobre el hay un collar en cuero rojo, forrado con terciopelo negro. Me quedo mirándolo sin saber que decir, me parece la mas hermosa de las joyas.
Lo saca de la caja y me tiende la mano para que me ponga en pie, le doy la espalda y me lo coloca con suavidad.- “tarde en dártelo, lo se, pero lo hicieron a mano expresamente para ti y lleva su tiempo. Es único como tu” Besa el nacimiento de mi pelo en la nuca y me dice. – “se buena y espérame como te he dicho”
Ahí me quedo sentada viéndolo salir del dormitorio mientras va silbando.
Ha pasado casi una hora cuando por fin viene a buscarme, he estado dos veces a punto de quedarme dormida. Me ha dado tiempo a maquillarme, volver a retocar y hacerme dos veces la coleta de caballo. Todo ello sentada en la cama con las piernas juntas, como me dijo.
Cuando salgo con el veo que el salón esta iluminado con velas hay bastante luz y sin embargo el ambiente es intimo. Veo que han llegado cuatro parejas amigos nuestros, los Amos van todos de lino negro y las otras dos sumisas una de azul y la otra de verde, y un sumiso que al principio no reconozco va de amarillo. Y entonces miro al suelo…
Hay dibujado un tablero y en cada uno de los cuadros se ve pegado un dibujo, de momento no lo distingo bien que indica cada uno. Saludo a todo el mundo, mi Señor me entrega una copa de vino tinto y empieza a explicarnos la velada. - “son las nueve de la noche, vamos a jugar hasta las doce, si alguien gana la partida antes se dará por finalizado el juego, como veis es parecido a la oca, tenemos veinte casillas y cada una de ella lleva una carta asignada donde explica que se debe hacer. Los Amos solo tiramos el dado y como veis es grande pero no pesado es de poliespan. Esta explicación es para los sumisos, nosotros lógicamente sabemos perfectamente como funciona el juego y creo que todos lo vamos a disfrutar.”
Nos situamos los cuatro en la casilla de salida, sonreímos, la intriga y la emoción nos puede, la anticipación….
La primera en lanzar es Endora, la Dueña de tristan. Sale un dos, el avanza con saltitos de conejo hasta la casilla, mira a su Ama y retira el vinilo y en el cuadrado aparece una fusta dentro de un circulo azul y el numero 20. Así pues la ficha azul debe propinar 20 fustazos a la amarilla en el lugar en que le indique la Dueña de este.
Es silencio se apodera de la habitación, Endora luce una sonrisa maligna y divertida al mismo tiempo.- “cachorro descálzate, los azotes te serán aplicados 10 en cada planta de los pies. luz; nuestra ficha azul, sonríe divertida. Tristan se descalza y se tumba boca arriba elevando las piernas para darle mejor acceso a luz, esta se prepara y espera …
Endora, esta sentada tranquila, no tiene prisa por que empiece el castigo, Alex se impacienta y le recuerda que son las diez y el juego solo es hasta las doce y que el también quiere jugar, cosa que no hace que la dama cambie su actitud.
Finalmente da su consentimiento con un leve movimiento de la cabeza y suena el primer golpe.-“niña, que se oiga bien!!!” exclama la Señora. –“y cuéntalos en voz alta cachorro”
Uno… dos… tres… cuatro… mmm… cinco… seis… siete… ohhhh… ocho… nueve… diez… siiiii…. Once… doce… trece… catorce… quince… mmmm…. Dieciséis… diecisiete… -“ni se te ocurra correrte cachorro”- dieciocho… diecinueve… y veinte.
Tristan se levanta con una enorme erección y una picara sonrisa.
Ahora es mi Dueño quien tira el dado… sale un uno y avanzo hasta la primera casilla, noto un nudo en el estomago, ¿Qué me esperara…? Lentamente levanto el vinilo, aparece una vela sobre un circulo rojo y unas pinzas. Mi Señor sonríe, toma de la mesa las pinzas y me las entrega –“retira el vinilo rojo, vuelve a salir la ficha azul, luz sonríe, le brillan los ojos, francamente esta disfrutando el juego.
Me mira traviesa, y coge de mi mano las dos pinzas, las pasa juguetona por mis pezones y con una sonrisa picara se va agachando poco a poco… une mis labios vaginales y los pinza juntos, yo la miro desde arriba, se la ve preciosa, pasa su lengua entre medio de esa unión y se va levantando poco a poco, dejando un rastro con su lengua donde hay carne, toma la vela y la enciende. –“luz debe ser totalmente consumida sobre ella”- así que lentamente dejando que caigan gotas generosas empieza por mi hombros, formando una gruesa línea de una a otro, hace que levante la cabeza y saque la lengua, depositando sobre ella una generosa cantidad al tiempo que juguetea con las pinzas. Todos miran en silencio como la cera va cayendo sobre mi cuerpo y las manos de luz me acarician, la sensación es sumamente placentera a pesar de que castiga bastante donde vierte la cera pero estoy disfrutando casi mas que tristan, tengo la sensación que estoy derritiéndome de la cantidad de humedad que noto caer de mi coño.
Se huele la excitación en la habitación, miro de reojo el reloj, ya son las once de la noche, solo nos queda una hora y hay dos fichas que no han jugado, ¿Cuánto tiempo habré estado recibiendo cera y siendo acariciada?, no lo se, ni me importa, ¡me ha parecido tan poco…!
Ahora es Thierry quien lanza el dado, su sumisa kumiko es la ficha verde. Cada día esta más hermosa, desde que la conocí me ha atraído esa mujer y creo que mi Amo lo sabe o como mínimo lo sospecha.
Sale el 6, kumiko avanza lentamente hasta la casilla, al llegar retira el vinilo, el fondo es rojo y hay cubitos de hielo y un liquido caliente dibujado en ella.
Mi Dueño me entrega una pequeña cazuela que contiene caramelo caliente, muy caliente, también me da un recipiente con cubitos de hielo.
Nos ponemos en el centro de la sala, kumiko tumbada boca arriba con las piernas dobladas y abiertas, me sitúo entre sus piernas, dejando a mi derecha la pequeña cazuela con el caramelo y a la izquierda el recipiente con los cubitos.
Meto un dedo en el caramelo para controlar el calor y sonrío, quema lo suficiente para hacerle saltar pero no lo bastante para dañar su maravillosa piel.
Tomo un cubito y al tiempo que se lo voy introduciendo en su ano dejo caer unas finas gotas de caramelo sobre su clítoris. Sigue cayendo un hilo fino de caramelo mientras va entrando el segundo. Más caramelo, se retuerce, ahora un cubito en su coño despacio dejando que mi dedo juegue con ella mientras lo introduzco, aprovecho el momento para limpiarle con mi lengua el caramelo del clítoris, un solo lengüetazo y escapa un grito de su garganta.
Otro cubito en mis manos, primero va a mi boca, no dejo de mirarla a los ojos. El caramelo va cayendo sobre los pezones. Saco el hielo de la boca y lo meto también en su coño, totalmente húmedo y muy caliente, mi dedo sigue acariciándola y mi lengua limpia ahora los pezones, gime –“no puedes correrte” le ordena su Amo”-
Sigo lamiendo sus pezones, primero uno luego el otro al tiempo que paso un cubito por sus labios y lo empujo en su boca para acto seguido dejarle caer en ellos caramelo.
La excitación se huele. Tomo otro cubito cuando la voz de Endora nos saca del momento – “siguiente con el dado”.
Se oye un grito y unas palmadas, luz esta encantada con el juego y esta deseando disfrutar su momento.
Tira su Señor el dado, un cinco, y ella con una enorme sonrisa y unos tacones de vértigo va saltando a la pata coja hasta la correspondiente casilla, retira el vinilo, están los cuatro colores, una cuerda, pinzas….
Tira su Señor el dado, un cinco, y ella con una enorme sonrisa y unos tacones de vértigo va saltando a la pata coja hasta la correspondiente casilla, retira el vinilo, están los cuatro colores, una cuerda, pinzas….
Suena el reloj son las doce, el grito de luz es desesperado a todos nos entra la risa, tristan le dice con voz burlona –“mira has tenido tu el peor castigo” – “no te preocupes mi niña, serás compensada en casa”
Hasta el próximo juego…..
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