Un hotelito en la costa, dos parejas llegan casi al tiempo a la recepción para registrarse. Tu con tu mujer, yo con mi marido. Es media tarde, hace calor. Recogemos las llaves de las habitaciones, cruzando la mirada por un momento, ni cuenta nos damos de que son contiguas.
Tomamos nuestros respectivos equipajes y nos acomodamos en los cuartos, el calor invita a abrir el balcón, un balcón que compartimos, solo separado por una celosía que lo hace independiente. Mi marido se pone juguetón mientras colocamos el equipaje y terminamos follando como locos en la cama, el anonimato, hace que olvide el decoro y la necesidad de ser discreta en gemidos, gritos y risas. Mientras, en la habitación contigua, vosotros comentáis lo escandalosa que es la pareja de la habitación de al lado.
Lo que estas escuchando va poniéndote calentito, y decides salir al balcón, pero nosotros hemos el balcón también abierto, y lo que escuchas termina de ponerte a tono. Te dejas llevar y comienzas a tocarte , tu excitación va en aumento.
Estas sentado en una silla, de frente a mi balcón, pero mientras te masturbas, no prestas atención a que los ruidos han cesado en la habitación contigua, ni me ves aparecer, en el balcón, semioculta por la celosía, sin mas ropa encima que un batín anudado a la cintura.
Al descubrirte allí, tan entusiasmado, me quedo mirando descaradamente, sabiendo que no me miras; miro tus manos jugando con tu olla a punto de estallar, mientras yo también me siento excitada por lo que veoMis manos instintivamente comienzan a acariciar mis tetas mientras te miro, la excitación aumenta, los pezones se hierguen.
Mis manos descienden hasta mi coño y comienzo a masturbarme, mientras no puedo dejar de mirar; me descubres tras la celosía, poco a poco me fui poniendo a descubierto con el afán de verte. El cinturón del batín, cayó hace rato, y lo que ves, es mi cuerpo desnudo temblando de placer, de pie, frente a ti.
Cambias tu postura para ofrecerme mejor visión, ninguno de los dos paramos ni de masturbarnos, ni de mirar. Aun sin hablarnos, parece que nos hubiéramos puesto de acuerdo, nuestros cuerpos estallan al tiempo, en un orgasmo soberbio. Disfrutamos de el en silencio, sin hablarnos siquiera...Te sonrío, me guiñas un ojo, y desaparezco tras la celosía, para entrar en la habitación.......
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